El hombre como acción
El hombre de acción es una persona que puede y sabe tomar medidas con rapidez, decisiones con vivacidad, sabe ordenar y dirigir con agilidad. Se enfrenta y confronta con los problemas en el momento en el que se le presentan, y no es de aplazar y esperar que se solucionen por si solos. El hombre de acción, no es una persona que actúe alocada o irreflexivamente, sino que, reflexiona y consulta, pero no se queda ahí, porque sabe que el tiempo es oro. El hombre de acción diseña su estrategia a largo plazo, pero actúa denodadamente a corto plazo, evalúa su gestión, y aprende de sus errores. En situaciones en las que, sin saber cual será la más acertada, tomar decisiones es vital, el líder orientado a la acción, no se bloquea, y asume el riesgo de dar con su cara en la lona y magullársela. Para él, el único riesgo es no querer correr riesgos.
Frecuentemente la acción, por implicar sacrificio, no siempre se hace de buena gana. Sin embargo, aunque no es algo que se reconoce a menudo, el liderazgo es servicio, y debería caracterizarse por la acción decidida y alegre, no por una acción sufrida y triste. Este es el termómetro de que se actúa según la iniciativa y criterio de uno mismo, y por supuesto una acción ejecutada y terminada, porque en ocasiones, no cuenta lo que se trabaja, sino lo que se termina.
El desfallecimiento es siempre una tentación. Rendirse a la debilidad y ceder al peligro, dejar de actuar, implica rendirse. Sin embargo, dirigir y liderar, implica saber oponer resistencia al agotamiento que viene de la ausencia de resultados o de las derrotas. El líder, y por extensión la persona, emocionalmente inteligente, es la persona de acción que aprende de la derrota, e incluso saca provecho de ella. La acción en tiempos duros, tiene que ser tozuda, persistente, perseverante, ya que un segundo de debilidad es suficiente para doblegarla. Sobran gerentes que ante la más mínima adversidad, lo primero que sale de su boca es un “no se puede”.
El hombre como: posibilidad
a diferencia de los animales, que no pueden ofrecer mas que respuestas mecanicas e instintivas ante las fluencias del medio ambiente, el hombre es un ser con posibilidades de optar.
bajo esta consideraciones, el hombre es un ser de posibilidades, puesto que no se encuentra echo, consumado, paralizado, sino que se mueve, precisamente por que es construible, en un universo impreciso lleno de posibilidades.
podemos elegir por que podemos ver al mundo, podemos entenderlo, interpretarlo, captarlo, rechazarlo, asimilarlo :y al mismo tiempo podemos, en funcion de estas perspectivas, elegirlo.
el hombre al asumirse como un ser de posibilidades, trascienden su propia animalidad, opta por diferentes cursos de acción a través del acto de la elección.
aunque habrá que reconocer que las posibilidades reales en las que nos desenvolvemos y de las que nos vamos apropiando son al mismo tiempo oferta y limitaciones para nuestra libertad.
EL HOMBRE COMO PERSONA
El ser humano para Feuerbach
Este pensador inaugura una nueva forma de concebir al ser humano como una realidad natural, corpórea, sensible y de necesidad.
Para él la verdad sobre el ser humano es él mismo, no su razón abstracta, la verdad es la vida y no el pensamiento que permanece sobre un papel.
El hombre concreto es un ser creador de realidades, es un ser que transforma y proyecta su ser en otros seres, para lo cual elabora sistemas de interpretación de su realidad, como la religión o el teísmo.
Karl Marx
El planteamiento materialista
considera que el ser humano es un producto de las relaciones sociales de producción. El hombre es el mundo del hombre, puesto que no existen hombres que se dediquen a humanizar la naturaleza o el mundo, sino que lo que hay son hombres alienados, es decir, expropiados de sus valores de hombres, debido a la alienación de su trabajo.
El ser humano dentro de un sistema económico como el capitalismo es su fuerza de trabajo, se convierte en una mercancía más en un mundo laboral y comercial, cuyo trabajo es alienado, enajenado, extraño para sí mismo.
Mientras más trabaja y mientras más produce, menos tiene para consumir y menos para disfrutar.
En Schopenhauer
La vida como dolor, el ser humano es concebido como un ser de pasiones que oscila entre el dolor y el tedio.
Lo que impulsa al ser humano a buscar caminos de desarrollo es el egoísmo, que lo convierte en enemigo potencial de los demás seres; en el mundo.
Schopenhauer plantea el símil del puerco espín para denotar la posibilidad de agresión de los seres humanos cuando se aproximan o se socializan demasiado.
En su concepto, los seres humanos debemos ser tan sociales; como puerco espines, aproximarnos unos a otros sólo hasta el punto de no agredirnos.
El ser humano para Feuerbach
Este pensador inaugura una nueva forma de concebir al ser humano como una realidad natural, corpórea, sensible y de necesidad.
Para él la verdad sobre el ser humano es él mismo, no su razón abstracta, la verdad es la vida y no el pensamiento que permanece sobre un papel.
El hombre concreto es un ser creador de realidades, es un ser que transforma y proyecta su ser en otros seres, para lo cual elabora sistemas de interpretación de su realidad, como la religión o el teísmo.
Karl Marx
El planteamiento materialista
considera que el ser humano es un producto de las relaciones sociales de producción. El hombre es el mundo del hombre, puesto que no existen hombres que se dediquen a humanizar la naturaleza o el mundo, sino que lo que hay son hombres alienados, es decir, expropiados de sus valores de hombres, debido a la alienación de su trabajo.
El ser humano dentro de un sistema económico como el capitalismo es su fuerza de trabajo, se convierte en una mercancía más en un mundo laboral y comercial, cuyo trabajo es alienado, enajenado, extraño para sí mismo.
Mientras más trabaja y mientras más produce, menos tiene para consumir y menos para disfrutar.
En Schopenhauer
La vida como dolor, el ser humano es concebido como un ser de pasiones que oscila entre el dolor y el tedio.
Lo que impulsa al ser humano a buscar caminos de desarrollo es el egoísmo, que lo convierte en enemigo potencial de los demás seres; en el mundo.
Schopenhauer plantea el símil del puerco espín para denotar la posibilidad de agresión de los seres humanos cuando se aproximan o se socializan demasiado.
En su concepto, los seres humanos debemos ser tan sociales; como puerco espines, aproximarnos unos a otros sólo hasta el punto de no agredirnos.
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