Los problemas sociales y morales del siglo XX y principios del XXI,
están llevando a la humanidad por el sendero de una crisis colectiva.
En las sociedades actuales este tipo de mutaciones están dando forma
a lo que Lipovetsky ha dado por nombre un “nuevo orden amoroso”,
donde lo que cuenta no es una clase de amor supeditado al deber y a los
imperativos categóricos que regulaban este tipo de sentimientos en las
sociedades tradicionales, sino el bienestar individual, en el que se hace
prevalecer la felicidad light presentista, por encima de la realización de las
virtudes y deberes, y donde el Bien, como ideal ético de la modernidad,
ha dado paso al bienestar individual en las sociedades postmoralistas.
¿Qué es, pues, aquello que ha sido trastocado en la concepción del
amor propio como amor a sí mismo y a los demás que caracterizó a la
ética de la modernidad? ¿Cuáles son los rasgos del nuevo orden amoroso
de la posmodernidad de que nos habla Lipovetsky? El diagnóstico que
presenta este autor es el siguiente:
• En la transformación operada en la moral sexual, el sexo-pecado ha
sido reemplazado por el sexo-placer.
• La castidad y la virginidad han dejado de ser obligaciones morales.
• Las parejas homosexuales son reconocidas por la ley.
• Ya no se considera condenable a la homosexualidad.
• El porno se ha convertido en un espectáculo relativamente trivializado.
• La heterosexualidad adulta, ya no lleva a hombres y mujeres a ser
desterrados de la colectividad.
• En el sexo posmoralista ya no se debe vigilar-reprimir-sublimar, debe
expresarse sin limitaciones ni tabúes, con la única condición de no
perjudicar al otro.
• Con la disociación del sexo de la moral, el primero ha adquirido un
valor intrínsecamente moral debido a su papel en el equilibrio y en
el pleno desarrollo íntimo de los individuos.
• La idea de deberes en materia de sexualidad ya sólo suscita la sonrisa,
y la vida virtuosa ya no se entiende como austera disciplina de los
sentidos.
• Con las nuevas técnicas de reproducción, la procreación de un hijo
sin padre, la maternidad y la paternidad sin relación sexual se han
hecho posible.
Estos rasgos de la moral sexual propios de las actuales sociedades
posmoralistas, cabe señalar que no son extraídos de la formulación a
priori de una nueva teoría ética, sino de la
constitución misma de la vida cotidiana enraizada
principalmente en las sociedades más
industrializadas.
Asimismo, resulta éticamente cuestionable
la concepción de autonomía individual y
de los derechos subjetivos en la que pretende
fundarse la nueva moral sexual posmoralista,
cuando se acepta explícitamente por parte de Lipovetsky, que en la nueva relación amorosa, ya no estamos instalados en la relación “persona-persona”,
sino en la relación “persona-cosa”, exhibiéndose con ello, como
afirma este mismo autor, el “derecho individualista a la indiferencia hacia
los demás”. Lo cual resulta a todas luces incompatible con una ética del
amor propio, que no rechaza una ética del amor a lo demás.
la verdad párese como si hubiera copiado y pegado por que tiene algunas cosas que vienen en el libro como números y paréntesis que hay pero en información y apariencia esta bien.
ResponderBorrarcreo que te equivocaste Luis, no vienen números, tampoco paréntesis, pero gracias por comentar
Borrarsaludos
buen trabajo, un poco más grande la letra, saludos!
ResponderBorrarlo tomare en cuenta, saludos
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